viernes, 12 de julio de 2013


Carátula Interior Frontal de Sui Generis - Pequeñas Anecdotas Sobre Las Instituciones

A partir de fósiles hallados en YouTube

Allá por los años 70, se escuchaba un tema de Sui Generis notablemente sincera: "¿Para quien canto yo entonces?" Charlie y Nito sabían su respuesta http://www.youtube.com/watch?v=_wjq2WzlsM8.

¿Y para quien escribe un científico? En primer lugar, escribe para sus pares, publicar es parte de la investigación científica y la verdadera prueba de fuego de lo que uno hace. Para ello usamos un lenguaje que puede ser árido, aburrido, o con suerte no tanto; pero de lo que no debe abdicar es de la claridad y el rigor.

También el científico puede escribir para divulgar sus investigaciones, con diferentes niveles de profundidad o generalización según el público al que quiere llegar. En este caso también debe ser claro y riguroso, pero normalmente se permiten ciertas licencias y simplificaciones, así como se es más libre para usar recursos que buscan por sobre todo llamar la atención o lucir habilidades literarias.

Lo habitual es que el público general conozca entonces al científico como divulgador, incluyendo además de la escritura, apariciones en la prensa de todo tipo, o en internet. Esto lleva a que haya investigadores más populares que otros, o más graciosos que otros, o más manipuladores que otros. Algunos llegan a ser verdaderos fenómenos mediáticos, legítimos o no tanto (mejor me libro de se acusado de difamador no llenando este paréntesis con nombres).

Es bueno entonces que quienes producen conocimiento lleven sus resultados a un público más amplio, y que intenten ayudar a la cultura general de la gente. Pero no es su tarea primaria, para ellos hay otros profesionales, los periodistas científicos, que se especializan en hacer esa transmisión de la mejor manera. El mejor programa de divulgación científica que vi no fue el famoso Cosmos de Carl Sagan (https://www.youtube.com/watch?v=WqpKidIIUj4, estrenado en 1980), sino uno bastante más desconocido (Connections, https://www.youtube.com/user/JamesBurkeWeb), llevado adelante por el periodista (y algo más) James Burke (de fines de los 70).



Este tema no me preocuparía demasiado si cierta vez no hubiera escuchado a un estudiante hablando con gran respeto de un científico porque su trabajo había  sido comentado en una cadena periodística internacional, lo me llevó a responderle en términos similares a los que expresaré inmediatamente, y que repito entonces, dado que he percibido que es una idea bastante habitual aún entre los estudiantes de ciencias.

¿Qué o quién valida el conocimiento producido por un investigador? Como decía más arriba, sin entrar a cuestiones epistemológicas más profundas, la validación viene de exponer nuestras ideas a la crítica abierta de los colegas, y por el momento eso se hace publicando en revistas científicas, en papel o digitalmente.
Si este paso falla, es decir, si somos malos investigadores, no importa lo populares que lleguemos a ser, o que la prensa -generalmente muy floja por estos lares- piense o divulgue por conveniencia que el mundo mira extasiado para estas latitudes. Lo primero es lo primero y hacer buena investigación es nuestra tarea central. Divulgar es deseable, divulgar bien es más deseable, pero no debemos entrar en carreras a ver quien  sale más en los mass media. Claro que se puede ser un científico mediático o simpático, pero ser mediático o simpático no es sinónimo de hacer buena ciencia. No nos llamemos a engaño.

Ya lo decían Miguel y el Comité (adivinen, en los años 70) http://www.youtube.com/watch?v=QSo4E6gXebo.