
A partir de fósiles hallados en YouTube
Allá por los años 70, se escuchaba un tema de Sui Generis notablemente sincera: "¿Para quien canto yo entonces?" Charlie y Nito sabían su respuesta http://www.youtube.com/watch?v=_wjq2WzlsM8.
¿Y para quien escribe un científico? En primer lugar, escribe para sus pares, publicar es parte de la investigación científica y la verdadera prueba de fuego de lo que uno hace. Para ello usamos un lenguaje que puede ser árido, aburrido, o con suerte no tanto; pero de lo que no debe abdicar es de la claridad y el rigor.
También el científico puede escribir para divulgar sus investigaciones, con diferentes niveles de profundidad o generalización según el público al que quiere llegar. En este caso también debe ser claro y riguroso, pero normalmente se permiten ciertas licencias y simplificaciones, así como se es más libre para usar recursos que buscan por sobre todo llamar la atención o lucir habilidades literarias.
Lo habitual es que el público general conozca entonces al científico como divulgador, incluyendo además de la escritura, apariciones en la prensa de todo tipo, o en internet. Esto lleva a que haya investigadores más populares que otros, o más graciosos que otros, o más manipuladores que otros. Algunos llegan a ser verdaderos fenómenos mediáticos, legítimos o no tanto (mejor me libro de se acusado de difamador no llenando este paréntesis con nombres).
Este tema no me preocuparía demasiado si cierta vez no hubiera escuchado a un estudiante hablando con gran respeto de un científico porque su trabajo había sido comentado en una cadena periodística internacional, lo me llevó a responderle en términos similares a los que expresaré inmediatamente, y que repito entonces, dado que he percibido que es una idea bastante habitual aún entre los estudiantes de ciencias.
¿Qué o quién valida el conocimiento producido por un investigador? Como decía más arriba, sin entrar a cuestiones epistemológicas más profundas, la validación viene de exponer nuestras ideas a la crítica abierta de los colegas, y por el momento eso se hace publicando en revistas científicas, en papel o digitalmente.
Si este paso falla, es decir, si somos malos investigadores, no importa lo populares que lleguemos a ser, o que la prensa -generalmente muy floja por estos lares- piense o divulgue por conveniencia que el mundo mira extasiado para estas latitudes. Lo primero es lo primero y hacer buena investigación es nuestra tarea central. Divulgar es deseable, divulgar bien es más deseable, pero no debemos entrar en carreras a ver quien sale más en los mass media. Claro que se puede ser un científico mediático o simpático, pero ser mediático o simpático no es sinónimo de hacer buena ciencia. No nos llamemos a engaño.
Ya lo decían Miguel y el Comité (adivinen, en los años 70) http://www.youtube.com/watch?v=QSo4E6gXebo.